La polenta es una comida propia de Italia elaborada a base de harina de maíz hervida, cuyos orígenes se remontan al antiguo Imperio Romano. Es uno de los alimentos tradicionales más baratos y sencillos de preparar, apreciado en Paraguay y en muchas partes del mundo.
Origen de la polenta
Fue en Italia, especialmente en las regiones norteñas de Véneto y Lombardía, donde este alimento adquirió fama mundial. Actualmente es muy consumida en países europeos, en Latinoamérica y Centroamérica. La polenta se elaboraba originalmente con harina de trigo hervida, sin embargo, hoy por hoy la más común es la que se elabora a base de harina de maíz. Los griegos la consumían a modo de potaje a base de harina de cebada. Las legiones romanas se nutrían de polenta de trigo (la flor de la harina de trigo recibía el nombre de pullen). La colonización de América trajo consigo el descubrimiento, importación y adaptación (por parte de los Europeos) de algunos como el maíz. El maíz, alimento sagrado de Incas, Mayas y Aztecas, no se introdujo en Europa hasta el descubrimiento de América por Cristóbal Colón.
Así, se abandonará la polenta de trigo dando paso a la conocida elaborada con harina de maíz, mucho más manejable, que comenzó a cultivarse en Italia a partir del siglo XVII. Gracias a la producción intensiva del maíz y a su preparación en forma de polenta, los campesinos pudieron luchar contra la hambruna. La polenta es un producto económico y fácil de almacenar que se empezaron a revalorizar al final del siglo XX. ¿Quizá como un tributo a la nostalgia de la cocina de la mamma o de la nonna por parte de los italianos que se hallaban lejos de su país? Hoy en día no es raro ver interesantes propuestas culinarias realizadas con polenta.
Datos curiosos sobre la polenta
En torno a la polenta existen una serie de anécdotas curiosas, cuenta la leyenda que los italianos del norte tildan de “mangia-maccheroni” (come-macarrones) a los del sur. Los del sur, por su parte, contratacan denominando a los del norte “pulentuni” (“polentones”, es decir, comedores de polenta). Este alimento brinda un gran aporte calórico (358 calorías/100 gr.), aporta carbohidratos, proteínas, antioxidantes, fibras y también vitaminas del grupo B, vitamina A. Es por ello, que la frase “tiene polenta” se refiere a una persona que es fuerte.
Variedades
En Paraguay la polenta más preparada y consumida es la que se elabora con harina de maíz, la polenta amarilla (Gialla), llamada popularmente en guaraní como “Mbaipy”. Seguida de la blanca (elaborada con harina de castañas o de maíz blanco) ideal para pescados. La polenta negra, a base de trigo sarraceno (alforfón) con un toque amargo y que se prepara tradicionalmente con mantequilla y anchoas. Otras variedades procedentes del norte de Italia son la “Pulenta dorce” hecha de harina de castañas, típica de la cocina Toscana, se acompaña con un toque de queso pecorino. A partir de la polenta amarilla se prepara la polenta curtida, que es tostada después de la cocción y la untuosa, mezclada con cremas.
¿Cómo se hace y cómo consumirla?
Lo único que hace falta para preparar un plato de polenta es añadirle líquido, sal y la harina de maíz. Se puede elegir entre agua, caldo de pollo, leche entera o descremada. La polenta tradicional se cocina en agua y necesita entre 15 y 45 minutos al fuego. Hoy en día existe también polenta instantánea o pre-cocida que está lista en pocos minutos. Esta opción obviamente no es la más recomendada por los amantes de la polenta. Lo más importante en su elaboración es esparcir la harina de maíz/trigo en el líquido hirviendo a modo de lluvia para evitar los grumos no deseados.
La proporción de líquido también es importante. Si no se desea “fabricar un ladrillo de polenta” es preferible utilizar 1 medida de polenta por 3 medidas del líquido que elijamos. Es fundamental también utilizar siempre una cuchara de madera al removerla, hasta que se vuelva espesa. Lo más divertido de la polenta es que se puede combinar con todo tipo de carnes, pescados, verduras, quesos. Mantequilla, especias (pimienta, romero, nuez moscada, orégano…) salsas (boloñesa, de setas, pesto…). Otro punto a su favor es que es un alimento de muy fácil digestión, libre de colesterol (si no se le añaden cremas, mantequilla o queso) y libre de gluten, por lo que es ideal para los celiacos. La polenta tiene además gran capacidad saciante y es un alimento de lo más confortante en días de frío.
Foto portada: Facebook Gastronomía Paraguay.