Estamos a puertas de la Navidad, este año en particular será más íntimamente familiar por la pandemia que afecta al mundo. Debemos cuidarnos no solo del covid-19, sino también hacer conciencia a la hora de alimentarnos.
Comer y beber con conciencia
Antes que nada, debemos darnos cuenta que durante la Navidad nos alimentamos de forma prácticamente inconsciente. En todas las mesas paraguayas no faltará una rica sopa paraguaya o chipá guazú, el tradicional clericó (bebida hecha con frutas de estación mezclada con vino y gaseosa de preferencia), y por supuesto el pandulce completando la tradición navideña.
Alrededor de toda esta gastronomía de las fiestas, nos reunimos nosotros. Año tras año, vivimos experiencias similares: conversaciones, anécdotas, propósitos y villancicos. Todo esto acapara nuestra atención mientras comemos y bebemos sin darnos cuenta. Porque todo sabe rico, tiene buena pinta y es tradición hacerlo en grandes cantidades. Por tanto, no es mala idea adoptar este lema para Navidad: “Consciencia al alimentarnos”.
En la cena de Navidad, al mismo tiempo que nuestros platos se vacían se llenan nuestros estómagos hasta el punto de que ya no necesitamos comer más. Cuando el hambre ha sido saciada es el momento de parar. En general no prestamos atención a esta señal y seguimos comiendo hasta que empezamos a sentir sensaciones intensas como hinchazón, angustia y pesadez.
Este proceso se repite una y otra vez en cada celebración navideña. No le ponemos atención a las señales de hambre y saciedad y eso provoca que comamos mucho más, y disfrutemos mucho menos.
La alimentación consciente puede ayudarnos. Nos permitirá tener el control de nuestra estabilidad, poniendo atención a nuestro organismo tanto cuando hay necesidad de comer como cuando es momento de parar. La intención de esta práctica es dirigir nuestra atención al motivo de la celebración sin que esta afecte nuestro bienestar.
Mindful eating para la cena de Navidad
El mindful eating nos enseña a disfrutar la comida de forma consciente y sin remordimientos. Su secreto: comer cuando aparece el hambre física. Es una filosofía que pretende que pongamos atención a las sensaciones de hambre y saciedad. Es como una guía para tomar decisiones conscientes de qué y cuánto comer. A través de la alimentación consciente conectamos con la satisfacción de darnos aquello que necesitamos desde un lugar de placer, de bienestar y de autocuidado.
Esto es exactamente lo que promueve el mindful eating. Todo lo contrario de lo que hacemos nosotros. Con las prisas y preparativos de última hora, muchas veces llegamos a la hora de comer nerviosos y sin darnos cuenta comemos y bebemos mucho más de la cuenta, sin apenas masticar ni saborear los alimentos, lo que conlleva digestiones pesadas y aumento de peso.
Alimentación saludable y honesta
En consulta con it.Asunción, la nutricionista Zulma Ullón dio algunos consejos que pueden guiarnos a una alimentación saludable, honesta y sobre todo consciente.
Para que las fiestas no sean una pesadilla para su bienestar y figura, es necesario tener en cuenta algunas recomendaciones. Una cena navideña puede llegar a tener mucha comida alta en grasas saturadas o en alimentos refinados. Para evitar los excesos y no quedar con sentimiento de culpa y problemas gastrointestinales, es indispensable seguir estos seguros y bien intencionados consejos para reducir tanto la pesadez gástrica como los kilos de más.
Ser moderados con la comida: En primer lugar, es preferible ser moderados y probar de todo, pero en pequeñas cantidades, siempre intentando equilibrar las comidas. Preferir buenas proteínas como carnes blancas y rojas, como el pollo relleno o el cerdo agridulce. Tampoco hay que privarse de alimentos, ya que esta situación puede provocar ansiedad y terminar comiendo de forma desmesurada. Es preferible privilegiar el consumo de alimentos nutritivos como carnes al horno, ensaladas frescas o cocidas, guarniciones como un cuarto de plato de ensalada de papa o arroz con mayonesa casera.
Consejos para evitar subir de peso en la Navidad y en las fiestas
Para el menú: Prefiera una entrada más liviana como variedades de bastoncitos de verduras, tallos de apio, bastones de zanahorias, galletitas saladas livianas con quesos untable o mayonesa casera y agregado de hierbas. También se puede comer fiambres o jamones magros como lomo horneado o pechuga de pollo o pavo cocida.
De lo bueno, poco: Para asegurarse de comer un plato que lo deje satisfecho sin excesos, sírvase usted la comida y use platos pequeños para no cargarlos demasiado. Recuerde, cuanto más grande sea el plato, más cantidad de comida es posible servir. En cuanto a las bebidas preferir beber con moderación, para acompañar las comidas, Ullón recomienda las bebidas saborizada o agua con gas. En el momento de brindar: una copa de sidra o champagne brut nature o extra brut.
Las verduras son lo máximo: Una buena porción de verduras preparadas de diferentes maneras, ya sea frescas, en ensaladas, asadas, al vapor o hervidas, son siempre un buen acompañamiento. Hay que condimentarlas con aderezos como limón o vinagretas, además de mayonesa casera.
Postres para sellar la jornada: En cuanto a los postres, siempre es bueno un plato de frutas cortadas en láminas, brochetas o ensalada de frutas. Los helados de agua son una alternativa deliciosa con pocas calorías. O una porción pequeña de torta dulce con pasas de uvas.
Receta de mayonesa casera
Ingredientes: 1 huevo, sal a gusto, 1 cucharada zumo de limón, 100 cc de aceite de oliva.
Preparación: En la licuadora agregar el huevo, la sal y el limón, licuar unos segundos y verter en forma de hilo el aceite de oliva hasta que se espese. Luego guardar en la heladera, máximo hasta 4 días.
La nutricionista nos deja como última sugerencia utilizar esta mayonesa como aderezo en las comidas, como ayuda a una buena alimentación durante estas fiestas.
Para una Navidad feliz
Ya tenemos muy cerca las fiestas navideñas, son fechas muy felices. Debemos ser conscientes de que la Navidad no debería ser sinónimo de comida. La Navidad y las fiestas son mucho más que reuniones donde se come. Son encuentros con familia y amigos donde el objetivo principal debe ser compartir instantes y charlas, ya que en otros momentos del año tal vez no tenemos la oportunidad de disfrutar. Así pues, desviar un poco la atención de la comida y centrarla en la compañía también nos puede ayudar a dar a la mesa la importancia que realmente tiene.
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