Conversamos con Paola Nuovo, ceramista y licenciada en Diseño Industrial. De padre italiano y madre colombiana, aunque nació en Bogotá, se formó profesionalmente en Paraguay. Fue también docente universitaria durante 15 años en la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción en Paraguay.
Fue gestora de actividades y eventos relacionados con la disciplina del diseño, ofreció también talleres de elaboración de cerámica en su taller en Asunción.
Paola y su familia decidieron, en el año 2018, migrar a la ciudad de Faenza, provincia de Rávena, en la región de Emilia-Romaña (norte de Italia). Se trata de una ciudad pequeña, famosa por su producción de cerámica desde principios del Renacimiento.
En un contexto más actual, el Istituto Statale d’Arte della Ceramica Gaetano Ballardini muestra las etapas que ha vivido la ciudad en torno al tratamiento moderno del noble material cerámico. Mientras que el Museo Internacional de la Cerámica (MIC) ofrece un enorme catálogo de arte cerámico de procedencia mundial.
De Asunción a Faenza
La oportunidad de establecerse en Italia fue inicialmente un deseo de mejorar la calidad de vida de Paola y toda su familia: su esposo e hijo.
Llegó a Italia para participar de un curso de especialización en producción cerámica artesano-industrial, desarrollado en el Instituto Técnico Superior de Faenza.
Luego tuvo la oportunidad de desarrollar su labor de ceramista, actualmente se encuentra realizando el proceso de toda profesional ceramista.
En constante aprendizaje
El proceso de adaptación fue intenso y enriquecedor. Desde el idioma hasta la cosmovisión diferente entre Latinoamérica y Europa fue un aprendizaje integral.
Los códigos sociales, el desempeño ciudadano, la burocracia, la conexión con personas de un bagaje existencial muy diferente, comprender físicamente el clima y la cultura locales, sus ciclos y condiciones. Paola afirma que es enriquecedor en todo sentido.
La inspiración de una ceramista
La ceramista sostuvo que hay muchas vivencias por comentar: la bullente actividad cultural, la cercanía en las distancias entre culturas tan diversas.
“Pero comento una en especial: salimos en familia a dar un paseo en bicicleta. Atardecía, circulábamos por un camino comunal, cuando un venado salió de entre las hierbas, a pocos metros de nosotros y atravesó tranquilamente la calle”.
“La luz del sol detrás de las colinas, el suave pelaje del animal, rodeaban su figura como con un aura rojiza. Después, los kilómetros al aire libre, el canto de las cigarras, las cornejas volando, los campos de girasoles, las vides en los plantíos”.
Paola explicó que todo eso es lo que pretendía en el momento de migrar a Italia, contiene elementos del tipo fundamental en la vida que busca desarrollar la ceramista.
Su trabajo como ceramista
También admitió que el proceso de establecerse en Italia no resulta sencillo. La burocracia, la escasez de oferta no solo en Italia sino a nivel mundial, producto de la pandemia del Covid-19 hacen compleja la profesión de los ceramistas.
No obstante, se siente optimista y sostiene que está conociendo gente y lugares maravillosos en la región y en Faenza.
Finalmente, con relación a su vida en Italia, la ceramista comentó que ayuda tener claro dónde ir y por qué, cada provincia de Italia tiene características.
Tener acceso a una beca o bolsa de estudios o contar con un contrato de trabajo en el país la ayuda a establecerse, así como adquirir una buena base del idioma.
Paola Nuovo cerró la conversación diciendo: “En torno al año 180 a.C. fue asentada la colonia romana que dio origen a Faenza.
Originalmente se llamaba ‘Faventia’, que significa ‘ciudad favorable’ o ‘ciudad amiga’. Quieran los dioses que el nombre siga manteniendo su augurio para quienes la hemos elegido como hogar”.
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