En Boquerón y en el Chaco, ítalo-paraguayos presentes – itAsunción

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HISTORIA

En Boquerón y en el Chaco, ítalo-paraguayos presentes

Chaco - Mariotti En Chaco

Este martes, 29 de septiembre, Paraguay recordó la Batalla de Boquerón: el sitio y la recuperación del fortín que había sido arrebatado por las fuerzas bolivianas, con el que comenzó la sangrienta Guerra del Chaco. El país recordó de distintas maneras un acontecimiento que enalteció valores que “parecen” de otros tiempos pero siguen siendo tan fundamentales hoy como entonces: el sacrificio personal para un bien más grande, la valentía e incluso el heroísmo de hombres y mujeres (quienes sostuvieron la retaguardia y la producción, fueron enfermeras, reunieron recursos, remplazaron los hombres en los puestos de trabajo y se ocuparon de la producción y abastecimiento de alimentos, entre otras misiones) a los que debemos mucho. Entre ellos, no faltaron los ítalo-paraguayos de primera generación.

Chaco - Savoia Marchetti

Los Mariotti y la Guerra del Chaco

Entre ese pueblo alborotado, conmovido, probado, pero mayoritariamente íntegro, laborioso y esperanzado, estaban los jóvenes hijos inmigrantes italianos. De eso conversábamos por las redes sociales -como es habitual en tiempos de Covid- con el ingeniero Rafael Mariotti, descendiente de trentinos y apasionado de historia paraguaya. Sobre la Guerra del Chaco, Rafael dio más de una cautivante y aleccionadora conferencia, de la que siempre se sacan aprendizajes para la vida. El ingeniero nos ilustra algo de lo que fue la contribución italiana al Paraguay en esos años dramáticos. “Mi abuelo Carlo estuvo en Boquerón”, comienza. Y comparte una joyita: una foto familiar con la carta que desde Asunción su bisabuelo Mario escribió en 1932 a su hermana Eufemia, que seguía viviendo en Pérgine Valsugana, su pueblo natal, en Trentino. En ella les cuenta de la suerte de sus sobrinos, los hijos mayores de Mario, Carlo y Fortunato.

Chaco - Mario Mariotti Y Familia
Mario Mariotti con su esposa Josefina de Polo, sus hijos (falta Anna, la menor) y el hermano gemelo de Mario, Vittorio

Una carta con el drama entre líneas

Escribe el bisnonno Mario: “Apenas comenzadas las hostilidades en el Chaco, mis dos hijos mecánicos fueron incorporados al Ejército y Carlo, el mayor, partió desde su taller al frente el 10 de agosto sin ni siquiera cambiarse las ropas de trabajo. Llamados de urgencia a la división movilización en Isla Poí, después de un mes de trabajo acelerado en los arsenales, se embarcaba para el frente el segundo (hijo) a cargo de otra flota de camiones. El 23 de diciembre de licencia pero con una comisión volvió Carlo por seis días que los ocupó en requisar coches y controlar choferes. Dejaba un lugar donde ganaba 5.000 pesos para ganar la paga de un sargento y jugarse la vida…”.

Más hijos de Italia en el Chaco

“La comunidad italiana era de las más numerosas en el Paraguay de 1930”, comenta Rafael, “y muchos hijos fueron a la guerra”. El Teniente Enrique Dentice piloteó uno de los cinco cazas Fiat de fabricación italiana CR 20 bis de la Fuerza Aérea paraguaya. Otro aviador ítalo-paraguayo -luego condecorado por su valor militar- fue el Teniente Ramón Enrique Martino. Desde Bahía Negra, realizó con su hidroavión Macchi M-18 el primer bombardeo nocturno sobre Puerto Suárez (Bolivia). Escribió en su diario de vuelo: “ Es difícil la orientación, debíamos navegar exclusivamente a compás”. “Volamos hasta Vitriones arrojando allí cuatro bombas, pasamos luego sobre Quijarro, arrojando cuatro más. Regresamos nuevamente sobre Vitriones, que ametrallamos, y regresamos luego a nuestra base”. “El enemigo nos persiguió con dos máquinas (aviones), llegando a Bahía Negra cinco minutos después que nosotros”.

“El Mayor Sinforiano Brusquetti comandó un regimiento de Infantería (1.200 hombres), que participó en las batallas de Pozo del Burro, Algodonal e Yrendague”, relata el ingeniero Mariotti, “donde fue tres veces cercado por el Ejército boliviano, y tantas veces se evadió”. El capitán José Bozzano Baglietto, hijo de un armador de Varazze (Liguria) diseñó dos buques cañoneros que se utilizaron el a contienda y seleccionó personalmente el astillero de Génova que los construyó. “Eligió el que presentó el menor presupuesto”, subraya Rafael. El presidente de la República de ese momento era hijo de padre suizo y madre italiana: José Patricio Guggiari Corniglione. “Se ocupó de encargar las compras más importantes de armas para la guerra”, informa el ingeniero Mariotti, “entre ellas, decidió la adquisición de los nuevos morteros franceses Brandt de 81 mm, una de las armas más eficaces en la Guerra del Chaco”.

El desenlace de la guerra

Con la victoria final, Paraguay reafirmó su soberanía sobre el Chaco. Y cimentó la cohesión nacional. Después de la criminal agresión de la Triple Alianza (1864-1870) que había dejado al país postrado, aunque con la frente bien alta, el pueblo reaccionó como un solo hombre con sus Fuerzas Armadas en la defensa de su tierra. Bolivia confiaba en una fácil victoria, por su moderna aviación y la superioridad numérica militar. Pero los paraguayos conocían el territorio, muy remoto para los bolivianos. La cohesión y la motivación de soldados y oficiales (lo que no se daba en las filas de los andinos), el idioma guaraní (imposible de descifrar para los adversarios), una táctica de ataques que cercaban las posiciones enemigas y cortaban los suministros -llevada adelante con un arrojo y un valor que sorprendieron a los bolivianos- y el masivo apoyo del pueblo, fueron las claves de la victoria paraguaya.

Chaco - Ramiro Motta

Resultados

Ambos países perdieron decenas de miles de hombres y quedaron muy empobrecidos por el enorme esfuerzo económico. Pero el resultado más importante fue, paradójicamente, una paz duradera. El tratado de paz, largamente negociado, cerró de una vez por todas las hostilidades entre vecinos. Hoy no hay rastros de la enemistad de esos años. Ni de la rivalidad y el desprecio mutuo de entonces, alimentados por la propaganda de ambos bandos. En el correr de los años, se celebraron varios encuentros de camaradería entre veteranos bolivianos y paraguayos y entre sus descendientes, en el lugar de las batallas y en ambas capitales. Y los gobiernos colaboran en distintos frentes. De todo esto fueron parte, con orgullo, centenares y probablemente miles de hijos de migrantes italianos, que sumaron su sacrificio y entrega y, en muchos casos, dieron la vida, en la esperanza que nunca más se repita la matanza de una guerra.

En Boquerón y en el Chaco, ítalo-paraguayos presentes ultima modifica: 2020-09-30T21:29:21-04:00 da Silvano Malini

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