Cada 16 de agosto se celebra el Día del Niño en Paraguay, fecha que en la actualidad está muy marketizada y que para muchas niñas y niños es ocasión de alegría. Pero ¿Por qué celebramos en ese día?
Un 16 de agosto, pero de 1869, se libró la batalla de Acosta Ñu durante la Guerra de la Triple Alianza (1865-1870). La batalla fue una de las muchas que los ejércitos aliados de Brasil, Argentina y Uruguay libraron contra nuestro ejército. La diferencia con esta batalla es que el ejército paraguayo era integrado en su mayoría por criaturas.
Si bien y durante 150 años se ha sido matizado o mistificado y según quien la cuente, puede ser más o menos dramática, lo concreto es que el ejército paraguayo ya no era tal a esa altura de la conflagración. Desde la toma de Asunción a fines de diciembre de 1868, nuestros soldados era un puñado de personas famélicas. Sin armas, ni estrategias y se dedicaban a huir de las fuerzas brasileras, ¿Por qué lucharon niños, por qué matar niños?
Terrible símbolo de la crueldad de la Guerra del Paraguay
El historiador Julio José Chiavenato (2008) en su libro Genocidio Americano. La guerra del Paraguay relata cuanto sigue: Los niños de seis a ocho años, en el fragor de la batalla, despavoridos, se agarraban a las piernas de los soldados brasileros, llorando que no los matasen. Y eran degollados en el acto. Escondidas en la selva próxima, las madres observaban el desarrollo de la lucha. No pocas agarraron lanzas y llegaban a comandar un grupo de niños en la resistencia.
Un poco más adelante se puede leer también: después de la insólita batalla de Acosta Ñu, cuando estaba terminada, al caer la tarde, las madres de los niños paraguayos salían de la selva para rescatar los cadáveres de sus hijos y socorrer a los pocos sobrevivientes. Entonces, el Conde D’Eu mandó incendiar la maleza, matando quemados a los niños y sus madres.
Por qué niños en el ejército de Paraguay
Para comprender el contexto de enviar a niños y adolescentes a pelear, es interesante lo que el historiador paraguayo Fabián Chamorro refiere. El General Bernardino Caballero y sus tropas llegaron hasta los campos de Barrero Grande donde 20.000 soldados aliados los alcanzaron. En un sitio que no ofrecía ventajas para la defensa.
Caballero disponía de entre 3.500 y 6.000 efectivos, con personas de diversas edades que iban desde los 12 años hasta adultos que rondaban los 50 años y algunos ancianos. En su mayoría jóvenes de unos 15 años sin ninguna experiencia en el uso de armas.
La decisión que adolescentes pelearan se debió a dos razones: no había más hombres en edad para ser soldados y era una forma de aparentar un mayor número -el ejército paraguayo no era más que una centena de soldados-.
La guerra total
El contingente paraguayo tenía con unos ocho cañones ligeros, siendo estas las únicas armas pesadas para librar la batalla contra los enemigos. Los soldados poseían fusiles a chispa de un solo disparo, machetes y en su mayoría lanzas que ellos mismos habían fabricado.
Ya en batallas anteriores, en la denominada dezembrada, los brasileros habían demostrado que el objetivo no era solo Francisco Solano López y su reducido grupo de oficiales, sino exterminar a todos los paraguayos. Los aliados habían atacado sin miramientos a la población civil, así que esta no tenía otra opción que pelear. Y no por nacionalismo, si no por que sabían que los aliados los matarían en su paso tras López.
Una celebración de sangre
El comandante de las fuerzas aliadas era el príncipe francés Louis Philippe Ferdinand Gaston d’Orléans, conde d’Eu (1842-1922) al que el emperador Pedro II había obligado a ir al frente de batalla. Reemplazando al Duque de Caxias, el conde d’Eu en apariencia no quiso dejar Río de Janeiro para ir a las selvas paraguayas, y decidió tomar venganza contra la población del Paraguay.
Los brasileros no tuvieron ninguna consideración. Asesinaron cruelmente a los soldados paraguayos sobrevivientes. Niños y niñas con benevolencia eran lanceados, las mujeres eran violadas y posteriormente asesinadas.
Homenaje para la memoria colectiva
La batalla de Acosta Ñu, representa la muerte sin razón de criaturas, sus madres, muchos soldados y ancianos. El lado más oscuro y terrible de los seres humanos. Aunque se denomina en forma coloquial “celebración”, lo que se hace en realidad es conmemorar un hecho cruel que no es fácil de olvidar. Que no hay que olvidar, para evitar que se repita.
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